Notas de Opinion

" Muchas palabras y pocas acciones" Por Emanuel Bibini

El adoctrinamiento a los jóvenes. El mundo del lenguaje alejado del espacio de la practica.

Con tristeza observo hoy lo que hicieron con los jóvenes, sobre todo desde el ámbito educativo. Aunque tienen parte de la responsabilidad por haberse dejado estafar. En mi época (que no es tan lejana) no acatábamos todas las ideas propuestas por el sistema. Me refiero al adoctrinamiento y a cómo se aceptó. Resulta extraña esta aceptación teniendo en cuenta que las premisas destacadas tienen que ver con la pluralidad de voces, la igualdad, y la libre expresión. Mas sucede que si alguno osare decir algo que no se adecue al discurso sistemático y cuasi totalitario “moderno”; corre el riesgo de ser atacado y violentado en su libertad e intimidad personal, aislado y escrachado —en esto último se violan de manera flagrante los derechos personalísimos receptados, en lo que refiere a la inviolabilidad de la persona humana, afectaciones a la dignidad y derecho a la imagen, en los artículos 51-53 del Código Civil y Comercial. También el derecho a la imagen se encuentra tutelado en el artículo 31 de la ley 11.723—. No es lícito que se viole la intimidad de una persona ante la denuncia que sea. Y la inocencia se presume, no la culpabilidad. Esto se recepta con rango constitucional, conforme los tratados internacionales que gozan de esta condición a partir de la reforma de 1994. Podemos ver el artículo 26 de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, Declaración Universal de Derechos Humanos (artículo 11), artículo 8, inciso 2 de la Convención Americana de Derechos Humanos, etc. Por tanto, escrachar a una persona por la sola denuncia o relato de alguien es ilícito. La práctica de perseguir disidentes y propagar discursos únicos, no es nueva. La implementaron en otros tiempos las inquisiciones y los regímenes dictatoriales que la historia tristemente conoce. Es simplemente el poder sosteniéndose a sí mismo y queriendo atropellar todo a su paso. Utilizando como militantes de sus ideas, para lograr sus objetivos a los actores de la sociedad que consideran más manipulables. Y en este caso, aunque duela, ¿cómo no serán manipulables jóvenes que se ofenden si no se los nombra como se auto perciben en un país que está casi con la mitad de su población sumida en la pobreza?, ¿acaso si todos nos percibiéramos ricos nos convertiríamos en potencia mundial?, el lenguaje no soluciona problemas operatorios. No cambia la realidad. En el ámbito de la sexualidad, la biología se dejó a un lado por completo, al igual que la genética, y todo se redujo a lo que cada uno siente. Pero voy a argumentar por qué pienso que el asunto es totalitario, además de tendencioso y parcial: no puede nadie manifestar una idea contraria. Pues este no goza de su derecho a manifestarse en disidencia con lo que es aceptado y “políticamente correcto”. Es decir: debe mostrar acuerdo con lo que el establishment no propone, sino ordena. De lo contrario, él será el culpable de todos los males de la sociedad, su opinión no va a ser aceptada. No tendrá derecho a que se respete su persona. A mi entender, se convirtieron en lo que tanto odian: religión. Pues poseen ciertas pautas necesarias en todo movimiento religioso: fe (se burlan de quienes creen en Dios, mas creen que cualquiera puede ser lo que se imagine), imposibilidad de cuestionar los dogmas (quien adhiere a una religión acepta sin objeción sus normas, costumbres, mandamientos y prerrogativas, es el caso del establishment moderno que se precia de progresista), descalificación absoluta del disidente (es considerado hereje y servil al “heteropatriarcado” todo aquel que no adhiera absoluta y fanáticamente a todas y cada una de las ideas planteadas por el sistema). Les enseñaron a despreciar la vida humana, y lo aceptaron sin problemas. Se llama al aborto, de manera eufemística “interrupción voluntaria del embarazo” (otra vez el lenguaje queriendo aplacar la realidad), lo cierto es que no es posible interrumpir un embarazo. Lo posible es terminarlo, y esto es terminar con una vida. Y terminar con una vida, es matar (eso es abortar). El aborto es ilegal en la Argentina dado que ninguna ley puede sobreponerse a la Constitución Nacional, en la cual se encuentra la ya mencionada Convención Americana de Derechos Humanos. Esta, en su artículo 4 expresa claramente que la persona humana tiene derecho a la vida desde la concepción. Y, por si fuera poco, el Código Civil y Comercial de la Nación, en su artículo 19 reza: “La existencia de la persona humana comienza con la concepción”. Tanto para la ley como para la ciencia no hay dudas sobre el comienzo de la vida humana. Mas esto no solo se llegó a poner en duda en la opinión de los jóvenes, lograron una ley contraria al primero de los derechos humanos: el derecho a la vida. Anhelo que la libertad sea real, y que cada uno pueda expresarse sin temer las consecuencias, como sucedió en otras épocas donde la democracia estaba vedada. Si aún vivimos en democracia, la expresión debe ser libre. No pretendo extenderme más en este escrito. Espero que los jóvenes vuelvan a tener el protagonismo que el sistema les quitó. Que se les permita pensar, y que no les digan cómo deben hacerlo. Emanuel Bibini. Escritor, novelista, poeta, estudiante de derecho.

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