Notas de Opinion

MÁS “GORDITO LECHOSO” TU HERMANA

POR JORGE CAGLIANI

Con una cuasi paráfrasis del discurso de Marco Antonio ante los restos de Julio César, Jonathan Viale se defendió del  retwiteador trasnochado  de Alberto Fernández.

Bajo  la estrategia de al no hablar de un tema, al final se termina  hablando, como no pensar en el elefante rosa,  central del discurso de Antonio, cuando se refería a la nobleza de Casio y Brutus, asesinos del César, Viale que no es Mauro ni lo quiere ser, devolvió la ofensa con altura y aunque dijo estar seguro que no fue el presidente el autor del RT,en su argumento estuvo implícito un “si, pero”.

El comunicador advirtió asimismo, parafraseando a Bertold Brech, que en el contexto de las bajas ofensas, cuando la discriminación viniera para el lado de Fernández (aunque Jonathan tuvo infinidades de apoyos en las redes)tal vez  no encontraría  quien lo defienda.

El monopolio de la segregación, que parece estar centrado  en las minorías étnicas, pocas veces se refieren  en el ninguneo físico, el bullying epidémico en los colegios, en general, que ha provocado desde suicidios hasta matanzas en masa y no pocos conflictos durables de por vida.  Viale, Jonathan, no ofendió a Fernández, porque Casio es noble, diría Antonio, pero en sus aseveraciones retóricas puso en dudas y dejó expuestas condiciones familiares y personales, de  las que dijo, de las que no se burlaría: la salud de Fernández, el físico, la forma de vestirse, la sexualidad, la mujer y el hijo. ¿Porqué señalarlas o pensarlas  si jamás se burlaría de ellas? Sabe algo de los nobles Casio y Brutus? Resulta evidente el desgaste físico de Alberto, el desgarbo de su vestir,  la extravagancia de su hijo, desconocemos la historia de su esposa, sabrá algo más Viale que nosotros no?

La incomodidad del periodista es entendible,  “gordito lechoso” no es un rótulo que deje indemne a nadie, menos  siendo  una figura pública en una sociedad con altos estándares de exigencia estética, de hecho nadie, ni el mismo, retrucó la ofensa a su ética profesional-como si fuera más leve-en el cierre del tweed primario de López Foresi que citó a Ryszard Kapuscinski, “no se puede ser buen periodista si se es mala persona”-

Más gordito lechoso serás vos…

Viale, con cierta tristeza en su programa radial,se autorotuló  como un “don nadie”, comparado con Fernández, tal vez siguiendo la regla discursiva de Marco Antonio,  y aseveró, como cuando se está dolido por problemas en el trabajo,  que no veía la hora de volver al remanso de su casa y abrazar a su mujer e hijos.

 Seguramente su esposa al llegar, le dirá que no es un “gordito lechoso” para nada, con ese masaje al ego que solo  puede aplicar  una mujer y hasta que Brad Pitt le va en desmedro, pero todos sabemos que es imposible dejar de pensar en el elefante rosa y que la ofensa de  ser mala gente no garpa tanto como la de risible.

Perón decía que “de todos lados se vuelve, menos del ridículo”, recomendando, en todo caso, el método para bajarle el precio a quien molesta, tal como la teoría goebbelianadel miente, miente, aplicando la frase de Kapuscinski.  

 Fernández es un buen alumno, algo logró con lo de “gordito lechoso” aunque su sexualidad, detalles de su mujer y su hijo, hayan sido puestos en dudas, con magistral exposición y muchos Casios y Brutus cayeran bajo los filosos puñales de la red del pajarito…





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